Tamazul (Sapo) de Francisco Toledo |
Habían pasado casi cinco años desde que me fui de Oaxaca. Hice mis estudios en la ciudad de México y solo volvía esporádicamente a mi tierra, hasta que me decidí a dejar definitivamente la gran urbe de asfalto y esmog. Estoy hablando del ya lejano año 2000.
Para quienes se quedaron en mi ciudad los cambios fueron imperceptibles seguramente, pero para mí, ese barrio en el que había crecido ya no era el mismo. Hasta el loco, que ahora deambulaba por mi calle, era nuevo. Yo al menos no lo conocía. Pero desde que llegué me lo topaba un día sí y otro también cuando me dirigía, a eso de las ocho de la mañana, a mi recién adquirido empleo. Él siempre iba en dirección contraria a la mía. Yo hacía el zócalo y él hacía el norte.