Primero mostramos el cuento como fue escrito originalmente, enseguida una imagen donde se muestran las correcciones hechas y, por último, el texto corregido.
Este cuento lo escribió Jeff, un estudiante estadounidense de nivel B2, en noviembre de 2017, después de que yo, Blanca Padilla, le leí en voz alta el cuento Caperucita Roja: versión del lobo enamorado del escritor colombiano, Triunfo Arciniegas.
Imagen de Internet |
Caperucita Verde
Por Jeff
Ese día encontré en un
campo la flor más linda de mi vida. Me recordó de una época muy triste y
difícil, cuando estaba viviendo en el bosque soltero.
Después de que me
despidió la Caperucita Roja, no podía comer ni dormir. Todos los otros lobos
del bosque me burlaban por vestirme coma una abuela. No podía moverme en la luz
porque la policía me buscaba. Gracias a Dios, me armé de valor de mudarme a
otro bosque. Aunque me gustaría vivir por allá, sabía que no podía continuar
con memorias tan dolorosas.
¡No puede ser!
Caperucita Verde—¿era prima de una tal Caperucita Roja? ¿O, aún peor, eran
hermanas? No pude decir nada y me hui de repente. Todas las noches pensaba en
la nueva Caperucita. ¿Por qué encuentro todas Caperucitas y nunca encuentro alguien
normal? Pensaba y pensaba y pensaba. Un día el tiempo hizo lo mismo que mi espíritu:
estaba lloviendo. Pero el tiempo hizo algo que nunca me pasa—detuvo de llover.
Por casualidad, yo vi
un arcoíris en el cielo y me hizo pensar en la rueda de colores que usaba en mi
clase de arte cuando era un pequeño lobocito. Me hizo pensar en donde se
encontraba verde en la rueda de colores. Y como un relámpago me dio cuenta que
¡verde está al lado directamente opuesto que rojo! ¿Puede ser que la Caperucita
Verde es el opuesto que la Roja?
Vale la pena intentar
de nuevo con la Caperucita Verde. Si ella es la opuesta que la Roja, no me va a
despedir, no me va a engañar, no me va a burlar. Así que voy a tratar de
encontrarla de nuevo y con ese flor escondido detrás de la espalda.
FIN
Correcciones a Caperucita Verde
Texto corregido:
Caperucita Verde
Ese día encontré en un
campo la flor más linda de mi vida. Me recordó una época muy triste y difícil,
cuando estaba viviendo en el bosque y era solitario.
Después de que me dejó
la Caperucita Roja, no podía comer ni dormir. Todos los otros lobos del bosque se
burlaban por haberme vestido como una abuela. No podía moverme a la luz del día
porque la policía me buscaba. Gracias a Dios, me armé de valor para mudarme a
otro bosque. Aunque me gustaba vivir por allá, sabía que no podía continuar con
memorias tan dolorosas.
Justo cuando llegué a
este bosque, a miles de millas del original, vi a una chica en su bicicleta.
Temía fallar de nuevo así que no hice nada. Pero después de tres semanas,
estaba listo para correr un riesgo pequeño. Le pregunté su nombre y me
sorprendió la respuesta: se llamaba Caperucita Verde.
¡No puede ser!
Caperucita Verde—¿era prima de una tal Caperucita Roja? ¿O, aún peor, eran
hermanas? —No pude decir nada y hui de repente. Todas las noches pensaba en la
nueva Caperucita. ¿Por qué encuentro a todas las Caperucitas y nunca encuentro a
alguien normal? Pensaba y pensaba y pensaba. Un día el tiempo hizo lo mismo que
mi espíritu: estaba lloviendo. Pero luego, el tiempo hizo algo que nunca me
pasa: paró de llover.
Entonces, por
casualidad, yo vi un arcoíris en el cielo y eso me hizo pensar en la rueda de
colores que usaba en mi clase de arte, cuando era un pequeño lobezno. Esto me
hizo pensar en dónde se encontraba el verde en la rueda de colores. Y como un
relámpago me di cuenta de que ¡el verde está en el lado directamente opuesto
que el rojo! ¿Puede ser que la Caperucita Verde sea lo opuesto que la Roja?
Vale la pena intentar
de nuevo con la Caperucita Verde. Si ella es lo opuesto que la Roja, no me va a
dejar, no me va a engañar, no se va a burlar de mí. Así que voy a tratar de
encontrarla de nuevo, con esta flor escondida detrás de la espalda.
FIN
Tengo que decir que es una delicia leer los escritos de mis estudiantes, encuentran formas tan creativas de expresarse en español. Y el español es tan flexible, que lo permite, sin disminuir la coherencia y sí ganando en expresividad.
Jeff, además, inventó una palabra hermosa: "lobocito". Su razonamiento fue correcto, porque en español el sufijo -cito es utilizado para crear diminutivos pero, por desgracia, no aplica para todo.
Decimos, por ejemplo: indiecito (indio o indígena pequeño), jarroncito (jarrón pequeño), lunarcito (lunar pequeño), etcétera.
Sin embargo, el diminutivo más común de lobo es "lobito", con el sufijo -ito que se usa también con perrito, cochecito, librito, etcétera.
Otro diminutivo de lobo, más técnico, es lobezno.
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